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Archivo para May, 2011

Lo bueno de los mormones

¿Es usted miembro de la Iglesia Mormona ? ¿Ha oído hablar de la Iglesia de los mormones? El nombre oficial de dicha Iglesia es la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días , y este sitio se dedica a enseñar al mundo acerca de la juventud de la Iglesia.

mormon youthMientras Jesucristo llevaba a cabo su ministerio en la tierra, Él llamó a doce apóstoles. De este modo, Él les dio el sacerdocio autoridad para predicar y hacer milagros en el nombre de Dios. Los apóstoles recibieron revelaciones con el fin de guiar a los seguidores de Cristo en la verdad y la justicia. Después de la muerte de los apóstoles, hombres y mujeres fieles siguieron recibiendo inspiración y respuestas a sus oraciones, pero la autoridad del sacerdocio y la Iglesia organizada por Cristo fue quitada de la tierra. Los hombres comenzaron a discrepar sobre las doctrinas de Cristo, y se dividieron en sectas, de acuerdo con sus muchas creencias. Hoy en día hay multitud que se hacen llamar cristianas, cada una con su propio sistema de creencias.

Los mormones , o los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, creemos que ha sido el deseo de Dios, muchos siglos después de la muerte de Cristo, volver a establecer Su Iglesia exactamente como era cuando Cristo estuvo aquí en la tierra: con los profetas y los apóstoles, que tienen la debida autoridad del sacerdocio, revelaciones, los milagros, y la misma organización. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es la Iglesia del Señor mismo. El Señor instruyó a que el término «Santos» se añade al nombre de la Iglesia porque ésta es la última dispensación del cumplimiento de los tiempos antes de la segunda venida de Cristo. Se denomina «Santo» a toda persona que trata de vivir según los mandamientos de Dios, los cuales nos guían hacia el amor y la felicidad.

¿Entonces por qué también son llamados mormones los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días? Por un libro llamado «El Libro de Mormón», que consiste un compendio de registros sagrados, los cuales han estado ocultas en el continente americano durante mucho tiempo. Estas Escrituras son un registro de algunos israelitas a quienes el Señor sacó de Jerusalén antes de su destrucción por los babilonios en 600 a. C. Ellos fueron llevados a las Américas, y Cristo los visitó después que resucitó. Un profeta llamado Mormón compendió y organizó en planchas de metal hace cientos de años. El registro ahora es llamado el Libro de Mormón .Personas de otras religiones han apodado los miembros de esta Iglesia «mormones» a causa de la creencia en este libro. Algunas personas lo llaman al Libro de Mormón la Biblia Mormona, pero los miembros de la Iglesia, creemos en la Biblia, el Libro de Mormón, y otras Escrituras modernas.

La Iglesia «Mormona» se centra en la venida de Cristo. Es posible que haya oído que tiene normas estrictas y que los mormones no beben o jurar o tener relaciones sexuales antes del matrimonio. Estas normas pueden parecer especialmente difíciles a pesar de que la mayor parte de la gente piensa diferente sobre estos temas. Las altas normas que enseña la Iglesia no están para hacer a la gente miserable o tomar las cosas a la ligera, sino para protegerles. Un montón de cosas que mucha gente piensa que están de acuerdo, puede ser divertido ahora, pero doloroso a largo plazo. Todos sabemos que algunas personas piensan que fumar es una algo agradable, incluso hace varias décadas estaba muy de moda; respecto a la castidad, en la actualidad, las personas que no son mormones y ni siquiera propiamente cristiana está hablando acerca de cómo un cambio en las relaciones casuales, como vivir juntos en lugar de casarse, no es una buena idea tampoco. Cada vez que actuamos en los deseos egoístas, podemos estar poniendo en riesgo nuestra propia felicidad.

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días está interesada en la familia y la comunidad. Los miembros se ayudan mutuamente, y no sólo ellos mismos. Así es como Cristo vivió, y si queremos seguir a Cristo, debemos vivir como Él lo hizo. Para vivir como Cristo necesitamos acercarnos a Él, así iniciamos el camino hacia la salvación y felicidad. En esto creen los mormones .

Este sitio está dirigido a los jóvenes del mundo, no sólo los jóvenes mormones, sino también para ti si no lo eres. Su objetivo es explicar cómo el Evangelio de Cristo puede traernos la felicidad. Su propósito es ayudarnos a entender de dónde venimos, por qué estamos aquí, y hacia dónde vamos: en otras palabras, para ayudarnos a entender el significado de la vida.

(Si deseas saber más acerca de la Iglesia y sus programas, no dudes en escribirme a: javi4u@hotmail.com; javiparisien@gmail.com y estaré encantado en ayudarte.)

VENCIENDO A LA RUTINA



Hoy recibí una comunicación por Internet de mi hermana acerca de la rutina. Con su permiso comparto este mensaje que deseo que os inste a la reflexión:

El peor factor que destruye la motivación es la rutina.

Es el patrón de vida que, como lava fundida, lentamente se arrastra hasta la edad adulta, que nos va atascando y consumiendo nuestras esperanzas, sueños y ambiciones.

Todos los días hacemos lo mismo, porque eso es lo que siempre hemos hecho. Es un círculo vicioso de la repetición de acciones y eventos que no conduce a ninguna parte (como el pez que intenta morderse la cola)

Casi todos nosotros, cada día seguimos un mismo esquema básico de vida: despertar, comer, trabajar, dormir, otra vez despertar, etc, repetitivamente.

Pero lo más triste es que la mayoría de las personas nunca se dan cuenta lo que está pasando porque están “robotizados”.

Llegamos a veces a estar como auto-programados para hacer lo mismo. Vivimos rutinariamente y lamentablemente pocos salen de su letargo. Algunos se dan cuenta cuando ya es demasiado tarde. Esa es la peor «astucia», pues así la rutina empieza a envolvernos y ganarnos la batalla.

La rutina se envuelve alrededor de nosotros cada minuto, y se perpetúa por largas horas de nuestras vidas. No nos damos cuenta que estamos como con un “piloto automático” activado durante bastante tiempo de nuestras vidas. Y a la vez, poco tiempo tenemos para construir nuestras expectativas, sueños, anhelos, los que se alejan más, arrastrados fuera de nuestro alcance.

La rutina es destructora. Destruye la esperanza y la oportunidad para el cambio. Nos impide ver la verdad y corta el contacto con nuestras metas e ideales. La rutina es uno de los factores que nos impide crecer.

Por lo tanto, necesitamos una “fórmula”, un plan, una estrategia para salir de la rutina. Éstos son algunos consejos:

1.- En principio, tomar conciencia del asunto.

2.- Inmediatamente, ir cambiando nuestros hábitos: de menos a más.

3.- Mantener en nuestras mentes, en nuestros corazones, y sobre todo en nuestro espíritu, encendida la llama de la pasión, es decir, apasionarnos por aquello que realmente queremos alcanzar. Nuestros mayores anhelos.

En suma, amigos, si queréis ver cambios en un mundo rutinario por uno diferente o innovador, cabe recordar a Mahatma Gandhi, quien dijo: «Sé tú el cambio que quieres ver en el mundo».

(Correspondencia personal de Fabiola Cespedes.)

EL VALOR DEL OPTIMISMO

Una vez leí una frase en inglés, impresa en la camiseta de un joven, decía: “the future will be better tomorrow.” (“el futuro será mejor mañana.”). A priori, asocié la frase con la palabra optimismo, actitud positiva, a pesar de lo que pudiera depararnos el día de mañana. El Diccionario de la Real Academia Española define el optimismo como la “Propensión a ver y juzgar las cosas en su aspecto más favorable.” Y como “Doctrina que afirma la bondad fundamental del mundo.” Sobre este tema trataré hoy.
El libro de Génesis, en la Biblia, enseña sobre la creación del mundo. Pero también, acerca del optimismo; después de cada período creativo Dios observa su obra. Las Escrituras dicen: “Y vio Dios que era bueno.”, incluso, al finalizar su obra, “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera.” El Señor se siente complacido de sus obras, le satisfacen, se deleita en ellas. No cabe duda, que las obras de un ser perfecto son también perfectas, y le producen optimismo, felicidad.
Cada día, la prensa nos agobia con malas noticias. Terremotos por aquí, bombardeos por allá, los asesinatos están a la orden del día. Ante esta situación, uno se pregunta a veces cuáles son las buenas noticias, puesto que las malas pueden producirnos preocupación, depresión y estrés, que afectan a nuestra salud, entonces ¿Cómo podemos cultivar el optimismo en los tiempos de crisis?.
En el exitoso libro “Los siete hábitos de la gente altamente efectiva” de Stephen R. Covey, encontré algunas citas que me inspiran: “Tu actitud determina tu altitud”, “la sonrisa hace más amigos que el entrecejo fruncido” y “la mente humana puede lograr todo lo que concibe y cree.”; el libro “La Actitud mental positiva”, de Clement Stone-Napoleon Hill nos llena de energía. También la película La Vida es bella, de Roberto Benigni, nos inspira; la actitud mental positiva es nuestro amuleto de la buena suerte. La buena suerte no nos llega al azar. Tenemos que ir a buscarla. Y esta búsqueda requiere determinación, fe y optimismo. Para ello tenemos que adiestrar nuestra mente para lograrlo: escuchar música, leer buenos libros, tener amigos, la meditación y la oración nos ayudan a mantener la alegría y el optimismo; a mí también me estimulan las redes sociales: http://www.facebook.com y la página cristiana: http://www.lds.org/spanish.
En tiempos de crisis en que vivimos, la vida del apóstol Pablo, Napoleón, Abraham Lincoln, Helen Keller, la Madre Teresa de Calcuta, etc., nos pueden enseñar el optimismo para la gestión del cambio; hay pesimistas muertos en vida, no seas uno más de ellos. Pero, el futuro es esperanzador para los optimistas; el futuro cuenta contigo. Apúntate.